martes, 29 de abril de 2014

"EEEEEEEEEEEEEEEEHHHHHHHHHHHH....CABR......"

Queridos lectores y lectoras, hoy les hablo sobre un tema que me tiene consternado. Hace ya algún tiempo tuve la suerte de ir a ver un partido de fútbol en una zona de buena visión, sin ninguna preocupación por alguna posible revuelta provocada por los Ultras de alguno de los equipos y disfrutando de una comida agradable. En otras palabras podría haber sido un día realmente memorable. Para mi desagrado no fué así.

Al momento de comenzar el partido se acercaron unos niños de no más de 8 años para ver más de cerca a los jugadores, lo cual me resultó un tanto encantador. Claro que, ¿quién iba a sospechar que 2 inocentes niños utilizarían una verborrea como la que usaron?. Los niños empleaban un lenguaje descarado a la par que grotesco. Tales frases como "Me cago en tu puta madre árbitro de mierda" o insultos del tipo "Gilipollas", "Mamonazo" o "Cabrón" ensuciaban el aire a la par que se calentaba el partido.

Cada cierto tiempo los niños hacían gestos con las manos para advertir de su presencia, a los padres como pude deducir. Se me planteó entonces la siguiente pregunta, ¿de verdad esos padres son conscientes de lo que están diciendo estos niños?, ¿es que acaso les permiten decir semejantes tacos?. Aquello me dejó tan pensativo que apenas pude disfrutar del encuentro por bastante rato.

Los niños de hoy en día utilizan un vocabulario tan pobre y tan soez que a veces, incluso asusta. Evidentemente un niño tiene todo el derecho del mundo a ir a ver a su equipo favorito jugar un partido con cientos de personas, pero los padres tienen que estar supervisando lo que escuchan y lo que dicen pues si no se regula esto, acaban aprendiendo estas palabras malsonantes y repitiéndolas creyendo que son buenas.

Como futuros docentes debemos tomarnos este tema realmente en serio y no dejar pasar este tipo de cosas.

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